Nunca digas “de ese café no beberé”
Hace unos años me regalaron esta taza. Soy muy mala llevando cuenta de los regalos…no por come mierda, si no porque verdaderamente “borro cinta”. Por eso, también, me gusta escribir para no olvidar. Asi que amiga, o hermana que me lees: si me regalaste esta taza, te doy las gracias nuevamente, te pido perdón y, me confieso:
¡Bebí de ella mil veces y tampoco me di cuenta!
Sin ningún ánimo de cuestionar y dejando por completo a un lado el valor teológico de este pasaje bíblico, deseo hacer una reflexión personal sobre el impacto de estas palabras…
aisladas de su contexto,
que nos venden,
impresas
en una taza.
Y que pretenden empoderar
a aquella mujer
que se las traga
junto con su cafe....
Desde que la tengo, mi hijo (ahora de 17 años), siempre la usaba y en forma burlona, alegaba que era su favorita. Yo se lo dejaba pasar, pensando que tal vez era imposible eliminar por completo esa chispa de machismo.
No fué hasta hace unos días que, mientras yo misma le preparaba su cafecito en su taza favorita, le comentaba:
“Seguro que si fuera al contrario; una taza que me dijera eres mejor que todos los hombres, ¡yo también quisiera beber de ella!”
Al conversar con él, me llevé una gran sorpresa, cuando me explicaba cómo “esa taza es sexista” y reflexionábamos sobre cómo resulta tan contradictorio al discurso de igualdad.
Una taza para empoderar a las mujeres que, en la boca de un hombre, resulta en una total expresion machista…
Intento contabilizar cuánto nos falta para realmente vivir en igualdad… Una igualdad, no sólo de derechos, sino de pensamiento. Reflexiono en todas las veces que entre nosotras mismas nos damos la pelea, siendo obstáculo en el viaje de otra gran mujer.
Me imagino a esa otra gran mujer bebiendo de la misma taza, tragándose las mismas palabras que yo, creyéndonos mejores que todas las demas… ¡Es que llega a ser tan sutil!
Me toca hacer un gran esfuerzo por ocuparme del impacto que tienen mis propias ideas, percepciones, prejuicios, mis propias contradicciones, en el desarrollo de nuestra nueva sociedad: nuestros hijos y jóvenes.
Y me QUESTiono,
- ¿Es que hay tazas para hombres y tazas para mujeres?
- Al fin de cuentas; ¿necesitamos las mujeres competir unas con otras para sabernos empoderadas?
- ¿Quién habrá diseñado esta taza?
Esta vez SI obtuve respuesta a mis preguntas:
Tengo esperanza en la futura generación…